Oliver H. Pease (Burgess Meredith) sueña con ser un gran periodista, pero tiene que conformarse con ser el redactor de la sección de mascotas perdidas de un periódico. Su mujer (Paulette Godard) le propone que se convierta por un día en El Reportero Errante con el fin de conseguir interesantes historias que le permitan alcanzar el éxito que tanto anhela. Por capricho del productor, el episodio que protagoniza Charles Laughton, fue sustituido por otro interpretado por Dorothy Lamour; el filme se tituló desde entonces "On our merry way" (Por nuestro alegre camino). 

Un fracasado periodista casado con la mujer de sus sueños, a quien ha engañado diciéndole que trabaja de reportero errante (un reportero que va por la calle haciendo preguntas a gente desconocida), cuando realmente no es más que un triste reporte que se encarga de la sección de mascotas perdidas en el periódico. La mujer piensa que las preguntas del reportero errante son muy malas, pero el marido alega que no las escribe él, sino otro, así que ella le insiste en que le diga a su jefe que a partir de ahora, será él quien las escriba. Así que gracias a su insistente mujer y a ciertos engaños que logra efectuar en su jefe, logra ser reportero errante por un día. Así pues, se pone manos a la obra y comienza a preguntar por la calle: ¿Qué influencia ha jugado algún niño en tu vida y cómo?.

Se topa con dos músicos de Jazz interpretados por, y me pongo de pie, Henry Fonda y James Stewart. De los tres directores que participan en la película, de esta parte se encarga George Stevens y se nota, porque es el mejor de los tres directores sin duda, y porque esta es la mejor parte de la película de lejos, y sí, también porque la presencia de Henry Fonda y James Stewart eleva la película a otros niveles. Volviendo al tema, los dos músicos le cuentan cómo una vez, de gira con su grupo de orquesta, se les estropeó el motor. No tenían dinero para repararlo, así que deciden participar en los conciertos del pueblo, pero estos han sido cancelado por el alcalde, porque ninguna banda quería aceptar la inclusión de su hijo, un músico horrible. Así que los dos músicos proponen celebrar un concurso musical, ofreciendo como premio la oportunidad de tocar con ellos; amañando el resultado, por supuesto, para que al ganar el hijo puedan celebrarse los conciertos, ganar el dinero y reparar el motor. Pero se presenta una joven muy talentosa, quien arruinará cualquier plan que los músicos tengan, y todo bajo la atenta mirada de Harry James, una leyenda del Jazz.

Toda la historia está narrada a través de un ejercicio estilístico impecable. Es una historia sencilla, bella, simpática y con cierto carácter de fábula. Y sin duda, a parte de James Stewart y Henry Fonda, lo que eleva esta parte a otro nivel es el uso de la música, concretamente el Jazz, como un elemento embellecedor. Aunque el Jazz en sí es un elemento capaz de embellecer cualquier película. Resulta una historia divertida, tierna y bella; con buenos gags, muchos de ellos con un humor muy físico, muy influenciado por el cine mudo; y un elemento tan bello como el propio Jazz, que marca el ritmo en esta maravillosa historia.

La siguiente historia tiene un tono mucho más espiritual y dramático, ya que se mete de lleno en la vida de un reverendo que sufre una crisis de fé y personal. Después volvemos a una simpática y divertida historia al más puro estilo Mark Twain, donde nuestros dos protagonistas se cruzan con un niño perdido, a quien su tío paga para que siga perdido y no se acerque a él.

Las dos últimas historias son buenas, pero no son como la primera, la primera es magnífica y tiene tres elementos que no tienen las demás: El Jazz, a James Stewart y a Henry Fonda, en un registro donde se nota que se sienten muy libres y que están disfrutando, ya que no son dos actores que suelan hacer comedias, sobre todo Henry Fonda. Esto es uno de los problemas de la película, que la primera historia es tan buena, que luego no lo saben igualar y poco a poco van perdiendo tu interés.

Por lo general es una película amena, sobre todo gracias a su montaje episódico y carácter anecdótico. Son historias cortas con una línea narrativa que tiene poco peso, y por ende todo el peso narrativo decae en los personajes, así que si no te gustan, dudo que te guste la película. Pero si llegas a simpatizar con los personajes, se te hará una película amena y encantadora. Un 6'8.