Serie de TV (6 episodios). Comedia ambientada en los turbulentos años 60 en los Estados Unidos, y centrada en una familia de los suburbios de clase media cuya vida se ve revolucionada con la llegada de un invitado.

Ambientada en los convulsos años sesenta, en plena guerra de Vietnam, retrata un matrimonio acomodado cuyo mundo será sacudido por la llegada de una joven activista buscada por la justicia.
Allen te presenta esta ligera comedia sin excesos ni grandes sobresaltos, donde el punto fuerte son sus interesantes, amenos y jocosos diálogos que llevan la marca del director. Me encanta cuando la mujer de Allen, psicóloga, recibe a una pareja de mediana edad que no tienen sexo desde hace mucho tiempo, la mujer ha descubierto que el marido acude a la prostitución, y la psicóloga les ha recomendado que el marido pague a la mujer por sexo para sumar algo de emoción a su vida sexual, pero la mujer cada vez le cobra más y más porque ella, "no es una puta barata".

Tenemos Jazz y a un Allen histriónico, hipocondríaco y que recuerda a papeles suyos anteriores, los fans del genio neoyorkino disfrutarán mucho solo por el hecho de ver a Woody Allen actuar.
La obra te transporta a una convulsa época de Estados Unidos sin beber de la nostalgia. La guerra de Vietnam, la lucha por los derechos raciales, el terror del comunismo... Allen te sitúa en los sesenta pero con un filtro actual, demostrando que los conflictos raciales y políticos no cambian, reduciendo las conversaciones a su mínimo exponente y pasando por su ácido filtro.

Allen se salta las normas establecidas y no te presenta una serie convencional. Los episodios no son unidades sueltas que forman parte de un conjunto, resulta más una película dividida en seis fragmentos, con sus tres actos bien definidos y sin preocuparse por satisfacer las necesidades de los episodios en su forma individual.

No es una serie memorable ni que vaya a marcar un antes y un después, pero si amas a Allen es imprescindible, la vas a disfrutar de lo lindo. Él y Elaine hacen una dupla maravillosa y Miley Cyrus demuestra que como actriz es muy mediocre pero es tragable, su espíritu rebelde es contagioso, pero todo esto da igual, la historia da igual y la puesta en escena también, lo importante es volver a disfrutar de los brillantes diálogos made in Allen y del neoyorkino en su faceta hipocondríaca. Un 6'5.