A finales del siglo XIX, en una población sureña, la calculadora y despiadada Regina Giddens entabla una lucha sin cuartel contra sus hermanos para quedarse con la herencia familiar. En sus planes no tienen cabida los sentimientos, ni siquiera hacia su marido, un hombre honrado que regresa a casa después de sufrir una grave enfermedad. En medio de la asfixiante atmósfera creada por la desmedida ambición de su esposa, sólo encontrará calor humano en el amor de su hija.

Un melodrama apasionante que gira entorno a la figura de una mujer egoísta, malvada y ambiciosa, interpretada por la siempre descomunal Bette Davis. La historia en realidad gira entorno a tres hermanos, a los que pertenece Bette Davis. Los otros dos hermanos han heredado toda la fortuna del padre, por otro lado, se lucran de los pobres, estafandolos vilmente. Bette Davis está casada con un hombre por dinero, pese a que él en algún momento llegó a quererla, pero Davis a él no, ella se casó con él, esperando conseguir la vida que tanto desea, pero él no se la ha dado pese a tener mucho dinero, primero perdió la oportunidad tras perder el duelo por la herencia de su padre, y ahora ha fracasado intentando conseguirla a través de su marido. Bette Davis es una mujer marcada por el paso del tiempo, una mujer que ha tenido grandes sueños y que se aferra a un clavo ardiendo con tal de conseguirlos, ya que sabe que cada vez tiene menos tiempo para alcanzarlos. Un retrato crudo de lo deshumanizante que puede llegar a ser la ambición desmedida.

Es una película sumamente pesimista, no hay buenos y malos, hay malos y víctimas. Los tres avariciosos hermanos, y la hija y el marido de Bette Davis. El marido ha conseguido su dinero honradamente, se casó con Bette Davis sin saber que ella en realidad sólo le quería por dinero, y después de tantos años, a punto de morir, descubre que todo lo que tiene no vale nada, que su dinero ha sido saqueado por lobos, y que su mujer sólo lo quería para satisfacer sus sueños. Luego la hija, un cordero rodeado de lobos, una mujer dulce e inocente, ninguneada y controlada por su madre, totalmente subordinada a ella, sin nada de carácter ni capacidad de decidir por sí misma, ni siquiera a la hora de a quién amar. Esta pobre e ingenua mujer, descubrirá que la vida no es una cama de rosas, después de presenciar cómo su padre, la única figura lícita que ha tenido, ha sido devorado por lobos, será ahí cuando encuentre su carácter y se rebele ante su madre.

Una película con un guión que adapta la obra teatral original de manera sublime, donde toda la base dramática se sostiene y se desarrolla a través de un enorme y brillante abanico de personajes. Los personajes están trazados de forma magistral, pero sobre todo destacar al de Bette Davis, y a la propia Bette Davis, con una mirada y un hieratismo frívolo, sin duda una de las mejores actrices de la historia del cine. Un 7'8.