Tras quedar gravemente herido su compañero Nordberg en un tiroteo protagonizado por una banda de narcotraficantes, el incompetente teniente Frank Drebin busca al jefe de la organización para vengarse. Sospecha del magnate naviero Vincent Ludwig, pero no tiene pruebas para inculparlo. Sin embargo, de manera inesperada, consigue la ayuda de Jane Spencer, una antigua novia de Ludwig.

Una buena película del género, una clara parodia a las películas del cine negro con los elementos procedentes de este: tenemos al implacable policía ya entrado en edad, solitario y con cara de poker, tenemos a la femme fatale que está con el antagonista, pero quien se lía con el policía bueno pese a que Nielsen parece sacarle veinte años, y tenemos esa voz en off que describe las emociones de nuestro protagonista mientras pasea sólo por las oscuras calles de su ciudad.

Una comedia paródica sin pretensiones, tiene un formato sencillo, un montaje y una narrativa convencional, y unos gags bien elaborados y que funcionan muy bien, son absurdos, tanto, que cuando te ríes, hasta piensas, "¿De verdad me estoy riendo con esto?", pero sí, lo haces, porque al igual que en obras anteriores de Zucker, el humor reside en lo inesperado y, a su vez, en ocasiones recuerda a esos gags de los Monty Python.

Es divertido e interesante ver cómo ridiculiza en cierta forma la sociedad estadounidense, muy remarcado en el último acto, donde ya están en el estadio de béisbol, y donde muestra a la reina de Inglaterra como una figura recta y sofisticada, mientras tanto, los estadounidenses no paran de reírse con vídeos vulgares de agresiones y, a su vez, agrediendose entre ellos.

En conclusión, una buena comedia con gags que se han copiado hasta la saciedad. Vista a día de hoy ha envejecido muy bien, quitando quizás a O.J. Simpson haciendo de policía. Un 6'7.