Gary Johnson es el asesino profesional más buscado de Nueva Orleans. Para sus clientes, es el sicario ideal. Pero si le pagas para que elimine a un cónyuge infiel o a un jefe maltratador, será mejor que tengas cuidado: trabaja para la policía. Cuando rompe el protocolo para ayudar a una mujer desesperada que intenta huir de un novio maltratador, se convierte en uno de sus falsos personajes, se enamora de la mujer y coquetea con convertirse él mismo en un criminal.

Un profesor de psicología y filosofía que aparentemente es un hombre normal y corriente, de hecho es tan aburrido que su esposa le abandonó por ello, aunque se llevan bien, porque como te vas a llevar mal con un hombre impasible ante la vida, que conduce un Civic y vive con dos gatos. Pero este hombre esconde algo, realmente no es un simple y aburrido profesor, sino un policía encubierto. Un día se le ofrece hacerse pasar por asesino a sueldo, para conseguir las confesiones de quienes le contratan.

Un hombre normal y corriente, pero que guarda una faceta escondida, una donde es adicto al peligro.

Es una película divertida, ágil y con una dirección impecable de parte de Linklater, como ya acostumbra. Un director brillante con una variedad en su catálogo de películas como cineasta increíble, no sólo tiene películas con una carga filosófica enorme, sino también películas desenfadadas y gamberras, que se nota que disfruta rodando. Por otro lado, tiene un guión que en un principio parece predecible, pero que luego se va enrevesando. Y sin duda lo mejor es el dúo protagonista, dos actores con mucha química en el escenario.

Un film que entrelaza la comedia, con romance, con acción y con thriller policíaco. Aunque cierto es que, sin dejar de ser una comedia, todo el apartado humorístico pasa más a segundo plano, digamos que es más bien un thriller policíaco, con ciertos momentos de humor. No es la mejor de Linklater ni mucho menos, pero se nota que ha disfrutado rodando esta rocambolesca historia. Por otro lado tenemos a Glen Powell, quien hace suyo ese personaje por completo e inpulsa una película que sin él no sería lo mismo, y esto ya son palabras mayores, muy bueno Glen Powell.

Una película dirigida con destreza por parte de Linklater, con un Glen Powell que se adueña de ella por completo, y con un guión simple, pero que tiene buenos diálogos y que no resulta tan previsible como pueda parecer en un principio, aunque no deja de ser una historia con cierto aire prototípico. Un 6'5.