Hildy Johnson, la mejor reportera del periódico Morning Post, anuncia que va a dejar el periodismo para casarse y fundar una familia. Pero Walter Burns, el editor del periódico y exmarido de Hildy, no está dispuesto a aceptarlo, por lo que se sirve de toda clase de tretas para retenerla en el periódico.

Una dulce comedia donde una periodista quiere abandonar su carrera para dedicarse a su marido, pero su jefe y expareja quiere evitar su marcha y, a su vez, volver a conquistarla.

Una grandiosa comedia que trae Howard Hawks, los ingeniosos y disparatados gags son divertidos y ágiles, muy bien hilvanados, sin duda un ritmo trepidante y caótico. Es increíble como utiliza el lenguaje y la elocuencia de sus actores, una comedia donde todo el mundo parece hablar con prisas.

Howard Haws demuestra que la palabra se antepone a la imagen, y eso que la fotografía es brillante, los decorados cuentan con una iluminación sublime, que subraya mucho esos claroscuros. Pero lo dicho, destaca sobre todo por su guión, de las primeras películas donde el texto se antepone a la imagen y adapta ese formato teatral que busca impulsar los diálogos y la presencia de los actores.

Más allá de entretener, muestra unos medios de comunicación saturados, sensacionalistas y manipuladores. Se nos muestra ese caótico ambiente laboral que viene como anillo al dedo para el ritmo narrativo. Toda la obra es un vertiginoso ritmo que no cesa ni un instante, donde a parte de entretener, busca reflejar un submundo periodistico que, dentro del nuestro, condiciona con sus titulares nuestra visión de la realidad.

Los personajes también están trazados con bastante destreza, aunque a veces pecan de clichés. Cary Grant interpreta a un hombre sin escrúpulos, capaz de lo que sea para sacar una noticia atractiva, manipulador y cínico. Rosalind Russell interpreta a la mujer moderna de aquel entonces, con buen corazón y valores bien definidos, llena de carácter e independiente. Y por último Ralph Bellamy, haciendo de hombre bueno, pero soso y aburrido, a veces parece que su personaje solo sirve para impulsar a Grant, y así sumar simpatía con él.

Así pues, es ella quien tiene mayor profundidad y desarrollo psicológico, se nota hasta en la forma de grabarlo, situándola a ella siempre por encima del resto, siendo una especie de deidad superior al resto. Es una persona inteligente y razonable, pero también con mucho carácter y quien no dejará nunca ser pisoteada. Es bastante moderna en ese sentido, ya que se le otorga algún carácter masculino, para dar a entender que sin él, estaría perdida en un mundo liderado por hombres.

Una gran guión y una gran puesta en escena, sin duda una obra brillante. Un 8'1.