Jake llega a la Universidad de Texas en su deportivo, con las ventanillas bajadas y la música a todo volumen. Quedan sólo unos días para que arranque el curso, pero piensa aprovecharlos conociendo chicas, yendo a fiestas y haciendo amigos. Secuela espiritual de Dazed and Confused, ambientada en los años 80. Los protagonistas, un grupo de jugadores de béisbol a punto de ingresar en la Universidad, son conscientes de que las obligaciones de la edad adulta son ya ineludibles.

Richard Linklater nos ofrece una obra que se disfruta más por la puesta en escena, que por la propia historia en sí. La recreación es impoluta, meticulosa, verosímil y envolvente, pero no sirve para que la historia se mueva a través de ella, más bien es la propia historia la que busca exaltar todo lo que la rodea. Este es el principal problema de la película, que nos ofrece una historia bastante vaga y sin rumbo, donde no sigues una línea narrativa clara y definida, más bien es un conjunto de "momentos", donde el espectador principalmente se quedará embobado mirando a la pantalla gracias a su impresionante acabado visual, no gracias al propio guión y desarrollo de este.

Los personajes son infantiles, burdos, estereotipados hasta la médula y planos, pero en conjunto más o menos logran funcionar. Toda la obra gira entorno a esta pequeña sociedad, con sus propias leyes y estratos, y a las tonterías y locuras que hacen. Es una película muy jovial, es muy divertida para ver con amigos, ya que trata de un par de novatos que recién ingresan a la universidad, es decir, el paraíso de las fiestas, y lo único que harán será pasarlo bien con su nuevo grupo de colegas. En la película echan a uno de ellos porque descubren que tiene treinta, como si Linklater nos quisiera decir que aproveches tu juventud, porque un día cumplirás los treinta y ya no te dejarán divertirte.

Aún siendo una película entretenida y con unos acabados visuales impresionantes, es una película sin rumbo y con unos personajes que no se si llegan a rescatar del todo la obra, ya que es una película donde los diferentes acontecimientos que se suceden apenas aportan un mínimo de sostén anecdótico. Es una obra que busca reivindicar la juventud tan libre de aquellos años, pero que no tiene motivación alguna ni tampoco aporta nada para contextualizar esa época. Es una película que abusa demasiado de la nostalgia y la melancolía, y ofrece un retrato quizás demasiado estereotipado.

No se sostiene del todo, pero por otro lado, es una película muy agradable y buenrollera, es amena y nostálgica, con un grupo de amigos descerebrados quienes sólo quieren beber y ligar, es un modelo de cine que retrata la esencia de libertad y la riqueza cultural de aquellos años de manera divertida y desenfadada. "Un disco de Pink Floyd en el suelo, y encima un canuto enorme, solo ha dejado eso". Es una obra muy amena, con buen ritmo y gamberra, no destaca por la calidad de su guión, pero es perfecta para desconectar y pasar un buen rato. Un 6'4.