El amor de Tessa y Hardin nunca ha sido fácil. Mientras él permanece en Londres después de la boda de su madre y se hunde cada vez más en su propia oscuridad, ella regresa a Seattle. Tessa es la única capaz de entenderle y calmarle... él la necesita, pero ella ya no es la chica buena y dulce que era cuando llegó a la universidad. Deberá plantearse si lo que debe hacer ahora es salvar a Hardin y su relación con él, o si ha llegado el momento de pensar solo en ella. Si quieren que su amor sobreviva, primero tendrán que trabajar en sí mismos. ¿Pero será su destino seguir estando juntos?

Cuarta entrega que sirve para rellenar huecos, una película igual de superficial que la otra. Una obra que se acerca más al drama, a través de la revelación del verdadero padre de Hardin. Hardin y Tessa están bien, discuten, flashbacks cutres de los dos siendo felices, lo arreglan, discuten, Hardin quema una casa y sale impune, lo arreglan... así toda la película, y de vez en cuando tienen relaciones sexuales con música que sonaría en un Zara de fondo.

Me hace gracia como Hardin tiene tatuado el símbolo anarquista y conduce un BMW de última generación y sólo vive en mansiones. Son pequeños detalles que introducen para enriquecer culturalmente a los personajes, igual que lo de citar constantemente libros, pero son tan planos y están tan mal construidos, que desentona completamente. Son cosas que ya he comentado en reviews de otras entregas. Una saga que no evoluciona y, que si lo hace, como el desarrollo y cambio brusco de personalidad de sus protagonistas, no resulta acorde.

Un guión vago, descompensado y con conflictos absurdos e infantiles. Una película que trata de ser profunda, y no ofrece ningún tipo de contenido. Un 3'3.