Cuando Tessa (Josephine Langford) toma la decisión más importante de su vida, todo cambia. Los secretos que salen a la luz sobre su familia y la de Hardin (Hero Finnes-Tiffin) ponen en peligro su relación y su futuro juntos. La vida de Tessa empieza a romperse en pedazos y ya nada será como antes. Aunque sabe que Hardin la quiere, estas dos almas perdidas están rodeadas de celos, odio... y perdón. Hasta ahora, el amor era suficiente para mantener su relación a flote, pero ¿de verdad sigue mereciendo la pena?

Tercera entrega que sigue en la misma línea sin ofrecer nada nuevo. Seguimos con la relación tóxica de Hardin y Tessa, desde individuos que dependen, de forma nociva, el uno del otro. "El amor es comprensión y perdón". Antes que nada va el amor propio, y se hace duro el ver cómo romantizan constantemente las relaciones tóxicas, sobre todo sabiendo que el público principal son adolescentes, quienes van a crecer pensando que eso es una relación pasional y romántica. Se esfuerzan en confundir a los adolescentes, romantizando y camuflando ciertos comportamientos como la violencia, el control, los celos... que rozan la ilegalidad. Deberían de echarle un ojo a 'Como conocí a vuestra madre', y aprender más sobre Lilly y Marshall, y menos sobre Hardin y Tessa.

Más allá de las escenas de sexo PG-13 con música de The Neighbourhood de fondo, y los estallidos de furia "edgy" de Hardin, ¿la obra propone algo? Vagamente. Intenta desesperadamente enlazar diálogos pasionales y profundos, sin lograr profundizar en ningún momento, es muy bonito que citen a Hemingway, pero seguirán siendo dos tarados.
La obra intenta camuflar su falta de solvencia y de guión a través de escenas sensuales que resultan la antítesis del erotismo.

Una propuesta cinematográfica mediocre, utiliza sus recursos mal, el guión es vacuo, el lenguaje cinematográfico es nulo, la banda sonora es la playlist de cualquier niña de doce años, los diálogos son insustanciales, las escenas de sexo vergonzosas... una telenovela dura de ver. Un 3'6.