...And Justice for All
October 19, 1979
Mario.mg09
7
June 6, 2025
Un abogado debe defender a un juez corrupto acusado de violación. Se trata de un magistrado con el que tuvo serios problemas profesionales, pues en una ocasión se negó a admitir, por pequeñas formalidades, pruebas irrefutables que demostraban la inocencia de uno de sus clientes.
Si conociéramos el nivel de corruptelas y de sentencias ilícitas que hay en nuestro sistema judicial, dejaríamos de creer en este. Esto precisamente le ocurre a nuestro abogado protagonista, quien poco a poco va perdiendo la fé en la justicia y la cordura que lo contiene a la hora de rebelarse ante el jurado. Precisamente el final es ese estallido de rebelión, cuando ya no puede soportar más el ser un peón que alimenta dichas corruptelas con su indiferencia y silencio.
La obra refleja cómo funcionan los tribunales, quiénes lo manejan, los pocos escrúpulos que tienen estos, falsos acusados, jueces que sólo velan por su propio interés... la obra somete el sistema judicial estadounidense y, a su vez, plantea varios dilemas morales interesante. Un abogado debe ser profesional y defender a quien sea que le toque, aunque eso pueda significar el liberar a un criminal que merece estar en la cárcel, ¿todo esto es ético? ¿Hay que mezclar ética con trabajo, en un trabajo en el que precisamente debes ser imparcial? Y por otro lado, ¿La justicia en sí debe ser algo universal o relativo, dependiendo del acusado en sí y su crímen? ¿La justicia debe de ser sobria, o acaso debe de haber cierto criterio moral?
Plantea muchas cosas interesantes, muchas, pero no termina de profundizar en ninguna de ellas. Por lo general, trata constantemente de sacar a la luz diversas irregularidades del sistema judicial, tantas, que entiendo a quienes tachan la obra de exagerada. Quizás sí que peca a la hora de abusar en la exposición de los problemas jurídicos, y no lo hace con la sutileza con la que debería. Sus personajes tampoco son precisamente sutiles, alguno exagerado al límite, como ese juez "suicida", resta bastante verosimilitud a la obra, pero al fin y al cabo, es cine, no quiero ver un documental, sino una película, y ver a nuestro juez merendando en la cornisa de un cuarto piso es, cuanto menos, entretenido. Por otro lado tenemos a Al Pacino, quienes también lo tildan de histriónico, y precisamente pienso que está bastante contenido en esta obra para ser él.
El problema yo creo que deriva cuando te presenta una historia seria, pero que se difumina con tonos casi parodicos. Por momentos parece que no termina de escoger un tono claro y definido para la obra, y esto no juega a su favor. Aún así la dirección es muy correcta, el guión (en el que participa Barry Levinson) es bueno y ofrece reflexiones interesantes, y el casting está más que a la altura de la obra. Un 7.
Si conociéramos el nivel de corruptelas y de sentencias ilícitas que hay en nuestro sistema judicial, dejaríamos de creer en este. Esto precisamente le ocurre a nuestro abogado protagonista, quien poco a poco va perdiendo la fé en la justicia y la cordura que lo contiene a la hora de rebelarse ante el jurado. Precisamente el final es ese estallido de rebelión, cuando ya no puede soportar más el ser un peón que alimenta dichas corruptelas con su indiferencia y silencio.
La obra refleja cómo funcionan los tribunales, quiénes lo manejan, los pocos escrúpulos que tienen estos, falsos acusados, jueces que sólo velan por su propio interés... la obra somete el sistema judicial estadounidense y, a su vez, plantea varios dilemas morales interesante. Un abogado debe ser profesional y defender a quien sea que le toque, aunque eso pueda significar el liberar a un criminal que merece estar en la cárcel, ¿todo esto es ético? ¿Hay que mezclar ética con trabajo, en un trabajo en el que precisamente debes ser imparcial? Y por otro lado, ¿La justicia en sí debe ser algo universal o relativo, dependiendo del acusado en sí y su crímen? ¿La justicia debe de ser sobria, o acaso debe de haber cierto criterio moral?
Plantea muchas cosas interesantes, muchas, pero no termina de profundizar en ninguna de ellas. Por lo general, trata constantemente de sacar a la luz diversas irregularidades del sistema judicial, tantas, que entiendo a quienes tachan la obra de exagerada. Quizás sí que peca a la hora de abusar en la exposición de los problemas jurídicos, y no lo hace con la sutileza con la que debería. Sus personajes tampoco son precisamente sutiles, alguno exagerado al límite, como ese juez "suicida", resta bastante verosimilitud a la obra, pero al fin y al cabo, es cine, no quiero ver un documental, sino una película, y ver a nuestro juez merendando en la cornisa de un cuarto piso es, cuanto menos, entretenido. Por otro lado tenemos a Al Pacino, quienes también lo tildan de histriónico, y precisamente pienso que está bastante contenido en esta obra para ser él.
El problema yo creo que deriva cuando te presenta una historia seria, pero que se difumina con tonos casi parodicos. Por momentos parece que no termina de escoger un tono claro y definido para la obra, y esto no juega a su favor. Aún así la dirección es muy correcta, el guión (en el que participa Barry Levinson) es bueno y ofrece reflexiones interesantes, y el casting está más que a la altura de la obra. Un 7.