Down by Law
September 20, 1986
Mario.mg09
8
September 9, 2025
Tercera película de Jim Jarmusch, nominada a la Palma de Oro en Cannes.
Zack, Jack y Roberto comparten celda en una cárcel. Zack es un DJ; Jack, un chulo de poca monta y Roberto, un turista italiano.
En el cine últimamente parece que cada secuencia tiene que aportar algo a la película, y si no lo hace, se deshecha. Lo "no importante", llamémoslo lo "superfluo", parece que no aporte nada a una película, pero muchas veces sirve para dar profundidad a los personajes y expandir un poco su entorno, y recordemos que es una de las características de Godard y de la Nouvelle Vague, unos de los movimientos cinematográficos más importantes de todos los tiempos, un movimiento que impulsó enormemente el cine de autor. Pues Jim Jarmusch toma nota de todo esto, y decide utilizar todo lo superfluo, para contarnos su historia.
Bresson se centraba en lo importante, y
Jarmusch se deshace de todo lo "importante" del relato, se queda con esas secuencias que parecen no decir nada, pero lo hacen, vaya que si lo hacen... En la propia presentación de los personajes se puede notar esto, donde te los introduce a través de situaciones "cotidianas" y diálogos insustanciales que no trazan a los personajes más allá de su contexto físico, es decir, nos dan a entender lo que está sucediendo en cámara y quien es quien, pero no profundiza en la psicología de estos. Eso no quita que sean personajes profundamente humanos, pero no explora a sus personajes desde una psicología explicativa o analítica, no nos dice por qué actúan como actúan; simplemente te los muestra existiendo como ellos saben, llegando a unos niveles casi "bressonianos". Jarmusch comparte ciertas características con Bresson, pero narrativamente no lo hacen del todo. Bien es cierto que ambos se alejan de cualquier estructura narrativa clásica, y bien es cierto también que, en cierto modo, ninguno de los dos sobreexplica o sobreexpone, pero Bresson elimina todo lo superfluo y sólo se centra en lo esencial para la narrativa, mientras que Jarmusch no suele tener una línea narrativa principal que tenga peso, se centra más bien en los momentos, en el simple estar. En cuanto a ritmo, si que se asemeja con Bresson, ya que ambos tienen un ritmo pausado, que da tiempo al espectador a pararse, respirar y observar.
Y volviendo a donde estaba, a la trama, vemos cómo les detienen y lo único que tenemos es la conversación más insípida de la historia, no hay intención alguna, no vemos ningún juicio o encarcelamiento, porque una elipsis nos lleva directamente a la cárcel. Posteriormente se fugan; no hay escenas donde tracen la fuga, no hay ningún preparativo, no hay ningún contratiempo, ni siquiera se ve casi nada de la fuga. Durante el escape no vemos ninguna persecución, no vemos ningún policía o perro, sólo conversaciones. Por un momento el italiano parece atrapado, la obra transmite a la perfección su miedo y su agonía sin necesidad de mostrar absolutamente nada, tan sólo a un impresionante Roberto Benigni repitiendo desconsolado: "se acercan los perros, me van a morder, no los van a controlar, porfavor que no suelten a los perros, que los tengan controlados, porfavor sólo espero que controlen a los perros...". Son unas frases que también parecen totalmente superfluas, pero que son totalmente lo contrario, porque te están describiendo de manera indiscreta, pero absolutamente intrínseca, toda la situación.
Jarmusch logra una desnudez formal en sus personajes que, como ya he dicho, roza el nivel de Robert Bresson. Ya hemos analizado las similitudes y no similitudes que ambos tienen a la hora de narrar, ahora pasemos a otras. Es una película con una puesta en escena minimalista, contenida y hasta llegaría a decir "sucia", y todo lo que compone la construcción visual de la película, se transmite en cierto modo a la narrativa y a sus personajes. Son personajes que en cierto modo están más cerca del hieratismo que del histrionismo; no lloran, no gritan, no sobreactuan... son casi bloques de hielo, no les afecta prácticamente nada, están desnudos emocionalmente. Son personajes que están enfrentando conflictos morales o personales, pero en ningún momento lo expresan de manera grandilocuente. Como ya he dicho anteriormente, no explora a sus personajes desde una psicología explicativa o analítica, simplemente te los muestra existiendo, en su pena o en su gloria. Al igual que Bresson, quien prefería trabajar con modelos más que con actores, porque evitaba las actuaciones expresivas o sobreactuadas. Ambos Dan mucha importancia también a la cotidianez y a los pequeños gestos, al igual que Kaurismaki, otro cineasta profundamente "bressoniano". Pequeños placeres de la vida: como tomar un café o fumarte un cigarro; o elementos mínimos: una botella, flores, repetición de movimientos... todos estos pequeños detalles o gestos cotidianos, realmente cargan con la densidad del relato.
Y volviendo a la película en sí, es una maravilla absoluta. Jarmusch compone un relato minimalista, donde cada elemento que aparece o se dice, parece no tener ningún sentido más allá de lo que se muestra, pero que realmente tienen una profundidad increíble. Es hermoso ver a Roberto Benigni recitando a Walt Whitman en italiano, pero es que no sólo es eso, es que cada diálogo esconde una belleza enorme. Es una obra que retrata a un grupo de hombres encerrados, quienes fuera de la cárcel probablemente no se soportarían entre ellos, pero que rompen con cualquier barrera moral, política, cultural o incluso lingüística, para colaborar en un objetivo común, algo que beneficia a todos, su propia libertad. Que alguien me diga algo más bello que esto. Y por otro lado la película podría tener ciertas lecturas en relación al falso sueño americano. Te retrata una realidad cruda y oscura, muy alejada de cualquier sueño o esperanza, es un retrato de la decadencia estadounidense y de su sociedad; ya no hay grandes sueños, hay delincuencia, alcohol y policías que te la juegan.
Para concluir, Jarmusch realiza un ejercicio estilístico y narrativo sublime, prácticamente "bressoniano", y teje una fábula absolutamente magnífica. Un 8'6.
Zack, Jack y Roberto comparten celda en una cárcel. Zack es un DJ; Jack, un chulo de poca monta y Roberto, un turista italiano.
En el cine últimamente parece que cada secuencia tiene que aportar algo a la película, y si no lo hace, se deshecha. Lo "no importante", llamémoslo lo "superfluo", parece que no aporte nada a una película, pero muchas veces sirve para dar profundidad a los personajes y expandir un poco su entorno, y recordemos que es una de las características de Godard y de la Nouvelle Vague, unos de los movimientos cinematográficos más importantes de todos los tiempos, un movimiento que impulsó enormemente el cine de autor. Pues Jim Jarmusch toma nota de todo esto, y decide utilizar todo lo superfluo, para contarnos su historia.
Bresson se centraba en lo importante, y
Jarmusch se deshace de todo lo "importante" del relato, se queda con esas secuencias que parecen no decir nada, pero lo hacen, vaya que si lo hacen... En la propia presentación de los personajes se puede notar esto, donde te los introduce a través de situaciones "cotidianas" y diálogos insustanciales que no trazan a los personajes más allá de su contexto físico, es decir, nos dan a entender lo que está sucediendo en cámara y quien es quien, pero no profundiza en la psicología de estos. Eso no quita que sean personajes profundamente humanos, pero no explora a sus personajes desde una psicología explicativa o analítica, no nos dice por qué actúan como actúan; simplemente te los muestra existiendo como ellos saben, llegando a unos niveles casi "bressonianos". Jarmusch comparte ciertas características con Bresson, pero narrativamente no lo hacen del todo. Bien es cierto que ambos se alejan de cualquier estructura narrativa clásica, y bien es cierto también que, en cierto modo, ninguno de los dos sobreexplica o sobreexpone, pero Bresson elimina todo lo superfluo y sólo se centra en lo esencial para la narrativa, mientras que Jarmusch no suele tener una línea narrativa principal que tenga peso, se centra más bien en los momentos, en el simple estar. En cuanto a ritmo, si que se asemeja con Bresson, ya que ambos tienen un ritmo pausado, que da tiempo al espectador a pararse, respirar y observar.
Y volviendo a donde estaba, a la trama, vemos cómo les detienen y lo único que tenemos es la conversación más insípida de la historia, no hay intención alguna, no vemos ningún juicio o encarcelamiento, porque una elipsis nos lleva directamente a la cárcel. Posteriormente se fugan; no hay escenas donde tracen la fuga, no hay ningún preparativo, no hay ningún contratiempo, ni siquiera se ve casi nada de la fuga. Durante el escape no vemos ninguna persecución, no vemos ningún policía o perro, sólo conversaciones. Por un momento el italiano parece atrapado, la obra transmite a la perfección su miedo y su agonía sin necesidad de mostrar absolutamente nada, tan sólo a un impresionante Roberto Benigni repitiendo desconsolado: "se acercan los perros, me van a morder, no los van a controlar, porfavor que no suelten a los perros, que los tengan controlados, porfavor sólo espero que controlen a los perros...". Son unas frases que también parecen totalmente superfluas, pero que son totalmente lo contrario, porque te están describiendo de manera indiscreta, pero absolutamente intrínseca, toda la situación.
Jarmusch logra una desnudez formal en sus personajes que, como ya he dicho, roza el nivel de Robert Bresson. Ya hemos analizado las similitudes y no similitudes que ambos tienen a la hora de narrar, ahora pasemos a otras. Es una película con una puesta en escena minimalista, contenida y hasta llegaría a decir "sucia", y todo lo que compone la construcción visual de la película, se transmite en cierto modo a la narrativa y a sus personajes. Son personajes que en cierto modo están más cerca del hieratismo que del histrionismo; no lloran, no gritan, no sobreactuan... son casi bloques de hielo, no les afecta prácticamente nada, están desnudos emocionalmente. Son personajes que están enfrentando conflictos morales o personales, pero en ningún momento lo expresan de manera grandilocuente. Como ya he dicho anteriormente, no explora a sus personajes desde una psicología explicativa o analítica, simplemente te los muestra existiendo, en su pena o en su gloria. Al igual que Bresson, quien prefería trabajar con modelos más que con actores, porque evitaba las actuaciones expresivas o sobreactuadas. Ambos Dan mucha importancia también a la cotidianez y a los pequeños gestos, al igual que Kaurismaki, otro cineasta profundamente "bressoniano". Pequeños placeres de la vida: como tomar un café o fumarte un cigarro; o elementos mínimos: una botella, flores, repetición de movimientos... todos estos pequeños detalles o gestos cotidianos, realmente cargan con la densidad del relato.
Y volviendo a la película en sí, es una maravilla absoluta. Jarmusch compone un relato minimalista, donde cada elemento que aparece o se dice, parece no tener ningún sentido más allá de lo que se muestra, pero que realmente tienen una profundidad increíble. Es hermoso ver a Roberto Benigni recitando a Walt Whitman en italiano, pero es que no sólo es eso, es que cada diálogo esconde una belleza enorme. Es una obra que retrata a un grupo de hombres encerrados, quienes fuera de la cárcel probablemente no se soportarían entre ellos, pero que rompen con cualquier barrera moral, política, cultural o incluso lingüística, para colaborar en un objetivo común, algo que beneficia a todos, su propia libertad. Que alguien me diga algo más bello que esto. Y por otro lado la película podría tener ciertas lecturas en relación al falso sueño americano. Te retrata una realidad cruda y oscura, muy alejada de cualquier sueño o esperanza, es un retrato de la decadencia estadounidense y de su sociedad; ya no hay grandes sueños, hay delincuencia, alcohol y policías que te la juegan.
Para concluir, Jarmusch realiza un ejercicio estilístico y narrativo sublime, prácticamente "bressoniano", y teje una fábula absolutamente magnífica. Un 8'6.